sábado, 3 de febrero de 2007

Harry es un nostálgico


¿Qué le pasa al príncipe Harry que mudó de color azul marino a pardo una noche de estas, de fiestecita? Que se puso nostálgico. Ya se sabe, cuando bebes mucho y te entra la borrachera llorona: "Que si aquella novia tan bonica, que si mi amigo me besó intensamente y no pude resistirme, que si mi vida se va al garete, que si los nazis ya no son lo de antes". Cosas que piensa todo el mundo cuando está un poco de capa caída y se encuentra en el anticlimax etílico.

A Harry, lo que más le atribulaba en aquel momento, en ese en el que se veía reflejado en el culo acuoso de su cubatita adolescente, con sus rasgos arios deformados por el exceso de ron cubano y cola americana, lo que más le atribulaba -repito- era el sentimiento de pureza que se diluía en el mestizaje colonial de su bebida. Nostálgico de "saudades" recreaba aquellos gloriosos evos del linaje ario común entre anglos y sajones. Pero sus pensamientos terminaron repentinamente cuando alguien le gritó: "¡Mira al pajarito, Harry!".

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