viernes, 2 de febrero de 2007

Wolfstein 3D. Un clásico.




Este maravilloso juego con el que todos hemos perdido las tardes de nuestra adolescencia. Lleva a altas cotas la idea de que el nazismo es ya una tendencia pop, al quedar subsumido por el sistema de consumo. Reconocedlo, chicos: Lo nazi vende, lo dice el canal historia. Estos son los dos muñecotes malos del final que siempre te jodian la partida. Hitler en su traje de batalla y sin él cuando ya se lo has destruido.
No metas a un yankee en un castillo plagado de nazis porque si no te saldrá esto. Un saludo.


1 comentario:

Jack Napier dijo...

Hace ya algunos años salió a la venta la tercera parte de Wolfenstein 3D -la segunda parte, Spear of Destiny, en la que teníamos que rescatar la Lanza de Longinos, era más bien una extensión de la primera entrega-, bajo el título Return to Castle Wolfenstein. El jueguecito en cuestión usaba el motor gráfico de Quake III y pretendía reproducir y magnificar la historia de la primera entrega. Sacando partido a las nuevas tarjetas aceleradoras de gráficos y al crecimiento exponencial de la complicación del apartado "audiovisual" de los videojuegos, los muchachos de iD sofware decidieron introducir en el material "ambiental" del juego ciertas referencias al ocultismo europeo de principios de siglo: el de la Teosofía y el de la Sociedad Thule. No obstante, la experiencia me dice que a los de iD software hay que cogerlos con pinzas. No se trata sólo de que al final del primer Quake nos enfrentasen a una materialización de Shub-Niggurath, o de que en el argumento de fondo de Doom y Doom III -porque lo hay- estuvieran haciendo un guiño a los relatos de exploración de ruinas marcianas de Clark Ashton Smith; se trata de que tras el inocente Wolfenstein hay algunas tinieblas históricas que "darían mucho que pensar" -como diría Kant- al Doctor Jiménez del Oso, o en su defecto, a Iker Jiménez. Si te es posible, consigue la intro del juego -me refiero a Return to Castle Wolfenstein-. La historia que se pretende sintetizar en esa reconstrucción es la del enfrentamiento entre un tal Simón el Errante y un noble teutón que quiso vindicar los poderes de la tierra frente a los poderes del cielo, el culto a las fuerzas ctónicas que insertan en nosotros la vida vegetativa "impersonal" frente al culto cristiano al Dios Personal. Según el trasfondo argumental del juego, ese noble consiguió poner en un brete la continuidad del Primer Imperio Germánico alrededor del 888 d.C, conduciendo un ejército de devotos a Thule contra los nobles de la Alemania que asumían la influencia tramontana del Papado. No sé qué pasó exactamente, pero el caso es que en las enciclopedias generales que he consultado, un período de ese siglo IX aparece siempre "entre paréntesis". Como preguntaría el pope Iker, ¿casualidad?. El caso es que los locos que quieren ver una continuidad entre los Tres Imperios alemanes, y una referencia del III a ese período del I, han elaborado una historieta muy verosímil y de amenísimo conocimiento. Te dejo algunos enlaces a sitios web para tu ilustración. La historia de Santa Walpurga o Walburga, una santa del S IX que llegó al sur de Alemania para evangelizar a los pueblos locales -que rendían culto a las montañas Harz-, nos permite hacernos una figura de la pervivencia y la fuerza de los cultos ctónicos entre las poblaciones que quedaron "en los márgenes" de la romanización.

Por cierto: ya investigaré el asunto de la polémica Astray-Unamuno.
Un saludo, y que disfrutes el fin de semana.


1) Sobre la Sociedad Thule, las influencias telúricas, el inframundo, la teósofa Madame Blavatsky, y los nazis
http://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_de_Thule
http://www.iiee.cl/superhombre.htm
http://freemasonrywatch.org/P2.html (Muy completa)
¡¡Cuidado con las mentiras de los masones!!

2) Sobre Santa Walburga o Santa Walpurgis y los poderes ctónicos de las montañas teutonas
http://www.geocities.com/Augusta/5130/fausto.htm (al final de la página)

"Santa Walburga o Santa Walpurgis (c. 710-777), misionera inglesa nacida en Sussex, hermana del misionero san Wunibaldo. Hacia el año 748, san Bonifacio, también misionero benedictino inglés, predicó en Alemania y en el 754 Walburga se convirtió en abadesa de la orden benedictina de Heidenheim. En la antigüedad, la fiesta pagana que señala el comienzo del verano se celebraba la noche anterior al día de su festividad, el 1 de mayo. Durante la denominada ‘noche de Walpurgis’, según la creencia popular, las brujas se reunían con el diablo en ciertos lugares, como las montañas Harz." Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2003.

(De nuestro amigo Joaquin A.F)